Durante el embarazo nuestro cuerpo experimenta millones de cambios, algunos de ellos no del todo confortables, y a los que hoy en día podemos poner remedio. Activaremos la circulación sanguínea para reducir el cansancio, el estrés, la tensión y el dolor de espalda, que se producen durante el embarazo debido a los cambios, aumento de peso, etc.
El masaje para la futura mamá consiste en tratar piernas, glúteos y espalda, que son las zonas que más dolor y molestias sufren durante este periodo. Una buena combinación de presoterapia en las piernas y masaje completo, te dejará como nueva. Más que nunca necesitas relajarte profundamente.
No es recomendable dar ningún tipo de masaje durante el primer trimestre porque los cambios físicos y hormonales son mayores, aunque sí debemos hidratar la piel para evitar estrías desde el principio.
A partir del segundo trimestre, puedes darte todos los masajes prenatales que desees. Lo ideal es empezar con uno semanal y aumentar la frecuencia a medida que tu cuerpo lo vaya necesitando. Pronto notarás los múltiples beneficios que posee este masaje, y lo que influye en una buena recuperación postparto.
- Ayuda a relajarse física y emocionalmente.
- Alivia los dolores de espalda.
- Ayuda a mejorar y reducir la retención de líquidos.
- Reduce las venas varicosas y combate la formación de estrías.
- Ayuda a combatir y eliminar la depresión o la ansiedad que algunas veces acompaña al embarazo.
- Regula los movimientos intestinales.
- Ayuda a eliminar el cansancio ya que proporciona un gran aumento de la energía.
- Ayuda a aliviar malestares musculares como calambres, tensión, rigidez y otros.
- Ayuda a dormir bien.
- Estimula el sistema glandular, para estabilizar las hormonas (algunas glándulas son las mamarias y los ovarios).
- Proporciona bienestar y placer.
Todo lo que una futura mamá puede pedir y necesitar. |
Ser mamá es una experiencia maravillosa y gratificante, pero nuestro cuerpo sufre tantos cambios que sin algo de ayuda cuesta recuperar.
Para ello, estemos o no dando el pecho, lo mejor es empezar nada más pasar la cuarentena o, en caso de cesárea, cuando la herida esté cerrada.
Una combinación de técnicas nos ayudará a poner los músculos en su sitio, a desinflarnos, a difuminar las estrías, a bajar de volumen y a tonificar la piel que ha sufrido tanto.
¡Cuanto antes pongamos remedio, más fácil será la recuperación!
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